El mundo evoluciona constantemente, por ende los procesos organizacionales deben adaptarse de manera dinámica e ininterrumpida, pero ¿qué sucede si a ello se le suma el impacto de una pandemia?, ¿cómo podemos maximizar la rentabilidad de los negocios gestionando el talento?
Una de las principales acciones a llevar adelante, se centra en el análisis de los perfiles de cada colaborador, entendiendo la diversidad y atendiendo a sus valores personales, con una nueva mirada sobre la diversidad y, considerando el aporte intergeneracional con una genuina consciencia social.
Una dinámica positiva de trabajo entre quienes trabajan en las organizaciones es uno de los valores que hace la diferencia. Cuando en una organización se logra una interrelación entre generaciones o entre colaboradores con distintas miradas, comienza un logro que permite maximizar los resultados de negocio.
¿Cómo saber cuál es el momento de la organización? ¿Y qué hacer?
Uno de los caminos para comprender en qué momento del proceso se encuentra la organización, se logra en el intercambio: debatir ideas de manera interdisciplinaria e intergeneracional.
El intercambio entre actitud, aptitud, pasión y estrategia construye la nueva impronta del colaborador, abriendo nuevos escenarios de negocios que dan vida a una nueva cultura en las organizaciones, la que sin lugar a dudas impactará en el mercado positivamente.
Para alcanzar estos resultados hay tres ejes de trabajo necesarios de sostener: escucha, respeto e intercambio. Cada uno aporta a la organización valores diferenciales y complementarios que para entrar en juego necesitan de la escucha y el respeto por cada colaborador.
Las mayores dificultades se dan entre quienes buscan el cambio permanente y entre quienes son más cautos, entre quienes usan la tecnología y los que se sienten seguros con herramientas que siempre funcionaron, entre los que abren puertas y los que valoran pedir permiso antes.
Estos hechos suelen desencadenar una cascada, conflictos en las organizaciones, porque un jefe no entiende –por desconocimiento o desinterés- qué es lo que demanda su empleado y por supuesto, viceversa. De este modo, saberlo por anticipado y gestionarlo, nos asegura que el resultado será exitoso y que la integración comience a funcionar.
Esta es una de las claves que en la gestión del día a día ayuda a crear diferencias positivas en pos de maximizar la rentabilidad gestionando talento. Implementar estas prácticas de recursos humanos que fortalezcan la diversidad
La belleza del universo no es sólo la unidad en la variedad, sino también la diversidad en la unidad. Umberto Eco.
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